lunes, septiembre 14, 2009

Los jovenes de Pozuelo y el Curso escolar

Hoy mismo se ha iniciado el Curso escolar 2009-2010, que ya había tenido su anticipo la semana pasada con la llegada a las aulas de los más pequeños, en compañía de padres o madres - para mitigar el impacto de la separación, tras el largo paréntesis del verano - y que a primeros de este mismo mes de septiembre tuvo su aperitivo con la apertura formal de las Guarderías que, por cierto, al menos por nuestros lares han incrementado su precio de forma considerable...No se si todas o algunas, por aquello de los Conciertos con la Junta...
Y al ver por nuestras calles y plazas a los pequeños, algunos ya con sus uniformes, o contemplar las imágenes del inicio del Curso en las pantallas de televisión, a uno se le ha venido a la memoria el educado comportamiento de una panda de niñatos, borrachos de vino o de lo que fuera, arremetiendo contra la Policía, destrozando cuanto se ponía a su alcance, intentando incluso asaltar una Comisaría, a los que por su comportamiento el Juez ha castigado con dureza y ante cuya decisión los padres han mostrado su enojo y han anunciado su intención de recurrir semejante auto.
¿Es esto lo que dichos progenitores buscaban cuando, en su día, enviaran a sus hijos - los gamberros de Pozuelo, de ahora - al Colegio, para recibir formación?
¿Debe ocuparse tambien la Escuela de compaginar conocimientos con educación cívica y valores sociales, que permitan a los estudiantes incorporarse a la sociedad como ciudadanos responsables?
El caso es que se compadece poco, creemos, lo del Curso escolar y la barbarie que se vivió hace unas semanas en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón y que quienes protestan por la falta de aulas, los colegios mal terminados - en obras, se entiende -, por las irregularidades en la adjudicación de plazas escolares, deberían y mucho hacerlo tambien no solo por la formación sino por la educación de nuestros niños, en la que desde luego deben participar activamente los padres y no declinar toda responsabilidad en los maestros, que bastante tienen con aguantar las impertinencias, la absoluta falta de principios, el pasotismo y la violencia de no pocos alumnos...
Claro que a lo peor esto resulta muy molesto para algunos que después van por la vida presumiendo de ciudadanos y padres de familia ejemplares...

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