jueves, septiembre 03, 2009

Decisiones incomprensibles.

Por mucho que se quiera revestir de legalidad la decisión, por mucho que organismos superiores la amparen, por mucho que desde determinadas instancias se quiera hacer ver que, en este caso, lo que es negro hay que contemplarlo como blanco, lo cierto es que, en plena calle, en el conjunto de la ciudadanía, en la mayor parte de ese universo heterogéneo que conforma la opinión pública, la decisión de poner en libertad a una etarra - la tal Maite Aranalde - buscada por su activa participación en los actos de la banda criminal ETA ni se comprende, ni se entiende, ni por supuesto se disculpa...
Y es que, a pesar de la fianza, la determinación de dejar salir a la calle a esta peligrosa joven, que inmediatemente ha puesto tierra de por medio, es decir, se ha fugado, ha causado una evidente alarma social por lo insólito de la misma, por mucho error burocrático que la posibilitara, por mucho que en casos parecidos se hubiera procedido de similar manera, por mucho que las leyes propiciaran semejante concesión de libertad.
No es raro, por tanto, que la propia Policía haya mostrado su perplejidad por ello o que otro Magistrado se haya pronunciado en contra de dicha decisión, aunque esto suene a "quién no se consuela, es por qué no quiere", es decir, no deje de ser una lamentación que sirve para poco o mejor dicho, para nada...
Y así, ni se se soluciona el problema creado, ni se rebaja el asombro y la desconfianza de los ciudadanos en algunas de sus institucionee, ni por supuesto se avanza en la erradicación de un asunto tan grave y antiguo como la existencia del terrorismo vasco.

2 comentarios:

Jorge Cañadas dijo...

Pues sí, tan incomprensible como imperdonable. Es cierto que el Juez imparte Justicia con sujeción férrea a la Ley y que, en este caso, el asunto estaba difícil por razones técnicas que ahorro enunciar para no aburrir. Pero no es menos cierto que un Juez incapaz de resolver el problema de encontrar argumentos legales suficientes para retener a una etarra en prisión, no merece vestir la toga, por más que la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional, no haya encontrado méritos para sancionarle.

Ya sabes, por lo demás, que el Magistrado criticante, Sr. Garzón, tampoco anda, en mi modesta opinión, muy sobrado de méritos para continuar togado. Será por ser capaz de dejar a los pies de los caballos a cualquiera -Compañeros incluídos- con tal de salir en una foto.

Un abrazo.

Andrés L. Cañadas dijo...

¿Y que te digo yo, hijo?. Que tienes toda la razón sobre la capacidad de un Juez y de otro...y así nos va.

Otro para tí, extensivo.