Fiesta del ¿trabajo?

Ahora, el uno de mayo, la verdad es que nos libramos de aquella "gala" sindical con que se trataba de entretener al personal, junto a retransmisiones varias - toros, fútbol, coros y danzas, etc. - para que se estuviera tranquilito, pero en días previos bien que se ha tratado de aventurar un "paisaje" amable sobre la evolución del número de parados en España, como consecuencia de una "vislumbrada" incipiente recuperación de nuestra economía, que "invita" a cierto optimismo...

¿Recuperación? ¿Mejoría próxima del grave deterioro de nuestro mercado de trabajo?

Ya hay que tener sobrada imaginación y no poco desparpajo - ¿queda bien llamarlo así? - para atreverse, con la que está cayendo, a aventurar siquiera una mínima recuperación en relación con la salida de la crísis económica que padecemos, al igual que el resto del mundo desde luego, y para proclamar una próxima salida a las alarmantes tasas de paro, sobre las que todas las previsiones apuntan en sentido negativo.

Y no es que uno - siguiendo los consejos de la Vicepresidenta del Gobierno - quiera resultar especialmente alarmista, pero la realidad es la que es y este primero de mayo nos coge con el paso cambiado y un porvenir evidentemente más negro que gris...

Y a todo esto, ¿tienen algo que decir los Sindicatos, desde sus confortables y bien remunerados "cuarteles de invierno" ?.

¿No estaría mejor que los fondos que se les destinan, desde la administración del Estado, se dedicaran por ejemplo a engrosar las cuentas de la seguridad social, cuya viabilidad futura se pone en entredicho...?

Poco que festejar en un primero de mayo con cuatro millones de trabajadores en paro y con previsión de que la cifra siga incrementándose...

¿Es esto catastrofismo...?