Esa sería, sin duda, la mejor tarjeta de presentación del Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, no solo para ser acogido de buen grado por los andaluces sino para garantizar una gestión eficaz y fructífera para esta tierra a la que, desde luego, durante un buen puñado de años ha servido Manuel Chaves con eficacia y acierto hasta su nombramiento como tercer vicepresidente del Gobierno...
Y ese, igualmente, el deseo de toda la gente de buena voluntad, es decir, que el nuevo Presidente andaluz sepa gobernar no solo para sus correligionarios ideológicos sino para el conjunto de los habitantes de la Comunidad autónoma ya que ello, evidentemente, se traduciría en logros y realidades y sería respaldado mayoritariamente por cuantos vivimos en esta tierra.
Se ha tratado de negar, por la oposición política, la legitimidad de esta "sucesión" y en base a dicho argumento se ha pedido la convocatoria anticipada de las elecciones, aunque en el régimen habitual de nuestras formaciones políticas, habría que preguntarse si alguna de ellas tiene legitimidad suficiente para utilizar este tipo de planteamientos pues donde no hay un presidente autonómico designado por su propio partido, como es el caso, puede haber y de hecho lo hay un lider de otro cuyo cargo fué señalado digitalmente por su antecesor en el mismo. Es decir, que como en el refrán , "en todas partes cuecen habas..." y lo mejor, más práctico y constructivo sería y lo es de hecho aceptar las cosas como vienen y respetar las decisiones internas de cada fuerza política ya que lo contrario solo sirve para crear un debate ficticio...
Tenemos los andaluces nuevo Presidente y, por el momento, lo que cabe es desearle suerte y que tenga la libertad necesaria para la composición de su Gobierno y para poder aplicar sus criterios sin duda renovadores sobre lo que hasta ahora se ha venido haciendo, como es lógico y natural.
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