Como cada año, en unos dias nos llegarán a Jerez centenares de motocicletas procedentes de todos los lugares de España y otros muchos del extranjero, con motivo de la celebración en nuestro Circuito de Velocidad del Gran Premio de España de Motociclismo, acontecimiento deportivo de indudable importancia que proyecta el nombre de la ciudad al mundo entero y que tiene una repercusión notable en la economía jerezana, especialmente en el sector de la hostelería, amén de convertirse en singular punto de encuetro entre nuestra gente y la que nos llega de fuera...
Ya digo, un acontecimiento en toda línea, que se debe cuidar y potenciar para que los servicios, la infraestructura, la seguridad y cuanto pueda contribuir positivamente a ello funcionen a la perfección ofreciendo una imágen de modernidad y eficacia de Jerez ante cuantos nos visiten y a través de las cámaras de televisión, transmisiones radiofónicas y crónicas periodísticas lo que sin duda redundará en beneficio de todos.
Sea pues en los próximos días Jerez una ciudad abierta más que nunca aunque ello no debe entenderse como la ciudad del descontrol de tráfico, del ruído, de la peligrosidad en la circulación, de la invasión de las aceras u otros espacios por centenares de motos dejada en cualquier parte, de los atronadores escapes libres a altas horas de la madrugada, turbando el sueño de pacíficos ciudadanos...No, ni mucho menos. Por el contrario, tienen que ser estas jornadas una fiesta civilizada, ordenada y pacífica, en la que sobran los botarates que marchan a toda velocidad, que tratan de hacer el llamado "caballito" sobre su vehículo de dos ruedas o que irrumpen con sus "quad" a todo meter, haciendo equilibrios sobre una rueda y poniendo en peligro no solo la propia integridad física sino la de todos los demás...
No puede ser acogida la "motorada" con un férreo control policíacos - como el año pasado - que eso ahuyenta y crea un ambiente hostil hacia Jerez, pero tampoco debe ser excusa para que cuatro desaprensivos - los motoristas auténticos suelen ser personas normales y cumplidoras de las normas de tráfico - campen por su fuero y desvirtuen lo que no es otra cosa que la gran fiesta que la ciudad vive en torno al mundo del motociclismo cada año.
...y que sea por muchos, en beneficio de nuestra economía y nuestro nombre.
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