De aquellas fechas de Semana Santa en las que desde las torres de las Iglesias nos llegaba el sonido seco y ronco de la "carraca", que sustituía la tarde del Jueves Santo y todo el día siguiente al de las campanas que por lo visto se consideraban "muy ruidosas y hasta alegres", en las que los Altares se cubrían con inmensas telas moradas, en las que los espectáculos excesivamente lúdicos se suspendían por aquello de preservar "las buenas costumbres", en las que por la Radio solo se emitía o bien marchas procesionales o bien música clásica, a esta de ahora, que duda cabe que media todo el abismo de la transformación de nuestras costumbres y consiguientemente de las de la sociedad que nos ha correspondido vivir y protagonizar...
Esto tiene cierta lógica, diría que toda lógica, cuando un régimen rígido y dictatorial pretende imponer a todos, sean creyentes o no, una determinada forma de ser y sobre todo de pensar, pero desde luego el cambio ha sido tan radical que quienes vivimos aquella época - triste y gris, por cierto - y vivimos la actual no dejamos de sorprendernos a veces por algunos hábitos del momento que concuerdan desde luego muy poco con la conmemoración pasional que entre nosotros se vive con total intensidad por parte de muchísimas personas.
Claro que en una democracia lo bueno es que cada cual se manifieste como mejor le parezca, se comporte como mejor crea y viva el momento conforme a sus gustos y creencias personales, siempre y cuando - este es el meollo de la cuestión - con ello no moleste a los demás ni falte al respeto que para sí mismo reclama...
Si todos supiéramos comportarnos de esta forma, cambiarían - como lo han hecho - nuestras costumbres de antaño, pero nadie podría sentirse molesto con ello y mucho menos ridiculizado y violentado por los demás.
Si así fuera, ¿acaso no viviríamos todos mejor y en armonía...?
Y es que las costumbres, con el paso del tiempo, sin duda se ven sometidas a cambios pero junto a estos también deben modificarse nuestra educación, nuestro sentido de la convivencia y nuestro respeto por los demás...
4 comentarios:
Curiosa visión de la repostería semanasantera en "PALOMINO FINO".
Torrijas y otros dulces.
Don Andrés supongo que habla usted de la MATRACA, porque carraca suena a arsenal.
Un atento saludo.
Fijese usted Don Andrés si han cambiado las cosas que el Viernes Santo la primera cadena de la televisión que pagamos todos (TVE) en lugar de emitir Rey de Reyes o Jesús de Nazaret que era lo habitual, emitió la interesantísima y enriquecedora película "Alto o mi madre dispara" de Silvester Stallonne. Sin comentarios
Aunque suene a arsenal, he hablado de "Carraca" o "Carrañaca" que es como, en mi niñez, se denominaba a lo que usted llama "matraca", en las ciudades donde viví. Creo que la diferente manera de llamar al citado artefacto nace de los "usos y costumbres" de cada pueblo o ciudad. Sin ir más lejos, en Jerez se llama "chicharos" a lo que en Sevilla se conoce por judías (alubias).
En cuanto a la programación de las Cadenas de Tv creo que es directa consecuencia del tiempo que nos ha tocado vivir, lo cual no es malo sino todo lo contrario. Claro está que otra cosas es el acierto o no en la elección de la película a proyectar...
Publicar un comentario