Ahora resulta que para proteger al Lince ibérico, una especie en grave peligro de extinción no se les ocurre nada mejor a los Conservasionistas, a los oportunistas (políticos, se entiende) y a los ecologistas - en acción, desde luego - que pensar en crear un macro-aparcamiento en los alrededores de la Aldea de El Rocío, donde ya por cierto existe y se habilita para los días de la multitudinaria Romería, y obligar a los visitantes de la playa de Matalascañas a dejar sus vehículos allí y trasladarse hasta la costa en transportes colectivos, tipo lanzaderas, que de momento no se dice si serán a cargo del erario público o a costa del bolsillo del sufrido contribuyente...
Y quienes propugnan semejante atentado a la libertad individual y colectiva de los ciudadanos, se quedan con esta esperpética propuesta, tan frescos.
Hay que salvar la fauna, desde luego, y cuanto se haga en este sentido será motivo de aplauso desde esta bitácora pero nunca a costa de recortar - otra limitación más - los derechos de los ciudadanos contribuyentes que no tienen un apartamento o un chalet en Matalascañas, medida que además no garantiza en absoluto que, a partir de su aplicación, no vaya a morir ningún Lince más atropellado. ¿O es que los vehículos de los residentes en dicha playa tienen algún dispositivo especial para evitarlo?.
Es decir, ¡salvemos al Lince, conservasionistas, oportunistas y ecologistas, pero salvemos también a Matalascañas...! Y sobre todo, no utilicemos medidas coercitivas que tienen un marcado "tinte" nazistoide con la excusa y el pretexto de que los animales del Coto y sobre todo el sufrido Lince Ibérico mueren bajo las ruedas de los coches.
lunes, enero 22, 2007
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