Se ha utilizado el agravio comparativo con el Estatuto catalán, del que por cierto hay bastantes similitudes en el nuevo texto legal andaluz, para argumentar la necesidad de dotar a nuestra Comunidad Autónoma de un muevo Estatuto cuyo texto se lo han cocinado los partidos políticos, especialmente PSOE e IU con algunas aportaciones del PA y sumándose "in extremis" el PP, por aquello de que no fueran a echarle en cara su actitud, como ocurrió en su día con la UCD de Adolfo Suárez, sin contar para nada con la opinión de los ciudadanos andaluces y sin que fuera una prioridad para nuestra tierra, se dijera lo que se dijera durante su tramitación y se diga ahora lo que se diga...
Pero ahí está, a la espera del necesario referendum, convocado para el 18 del próximo mes de febrero y promocionado por el partido que detenta el gobierno, por sus socios en este empeño y con la negativa del Partido Andalucista, de la nueva formación "Ciudadanos por Andalucía" y la evidente tibieza del Partido Popular que está por que no tiene más remedio.
Entre los políticos ha comenzado el debate sobre cual debe ser el sentido del voto, en esta consulta, también en los Medios se especula con esta misma cuestión y son muchos los articulistas y editorialistas que ya han tomado postura ante el convocado Referendum, apostando por el voto afirmativo, el negativo, el voto en blanco o la abstención, según los casos.
Quienes defienden el voto apoyando el nuevo Estatuto lo hacen opinando que con ello se contribuye a una Andalucía mejor y con mayor influencia en el contexto de la España de las Autonomías. Los que se inclinan por votar en contra defienden que con ello se ratifica que Andalucía no necesitaba un Estatuto nuevo y que con este texto se estaría entrando en el resbaladizo terreno de la insolidaridad, mientras que los partidarios de la abstención interpretan esta como una demostración de la falta de interés e implicación de los andaluces y los del voto en blanco en línea similar con los anteriores pero defendiendo la participación como una clara actitud democrática ante la consulta.
Claro que con respecto a estos últimos, los del voto en blanco, habría que matizar que a lo mejor, como ha ocurrido recientemente en Jerez con su Alcaldesa, hay políticos que estiman que esos votos se suman a la mayoría y si esta es el sí pués ya saben, un triunfo en toda regla que dirían algunos.
Por eso habrá que reflexionar, muy seriamente, sobre la orientación de nuestro voto y pensar que si el porcentaje de abstención es muy alto - en el Referendum para la ratificación de la Constitución Europea se situó por encima del 40% - significará un claro rechazo a la propuesta de los Partidos Políticos, especialmente del PSOE e IU pero no servirá para nada más.
Y antes de acudir a depositar nuestro voto, no estaría de más leer el texto estatutario propuesto, ver que papel se adjudica en el mismo a la sociedad civil, el sentido intervencionista de las instituciones y otros aspectos que, en el futuro, condicionarán sin duda la vida de los andaluces.
miércoles, enero 17, 2007
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