La "Botellona" salvaje, la "Kale Borroka" andaluza.

Desmoralizado es como se queda uno al contemplar el paso de la denominada "Botellona" por cualquiera de las calles y plazas de nuestras Ciudades, donde su incivilizado comportamiento deja huellas lamentables en forma de papeleras volcadas en el suelo, cristales de paradas de autobuses o mupis rotos a golpes, orines, restos de bocadillos, botellas de refrescos, de wisky , ginebra o ron, plantas tronchadas , bolsas de plástico y un largo rosario de atentados contra el patrimonio común de todos conocido.

Desde luego, como ya se ha dicho hasta la saciedad, el problema no es fácil de resolver por diversas razones, unas de índole legal, otras de carácter policial o por falta de voluntad política, de unos y otros, que en este asunto cada cual tiene su parte de responsabilidad y culpa.

Por si fuera poco, educadores y sociólogos apuntan a que esta actitud de gran parte de nuestros jóvenes es una consecuencia de la sociedad de nuestro tiempo, de la forma en que hemos decidido vivir y, por supuesto, de la inhibición de los propios padres, que prefieren mirar para otro lado que enfrentarse al hijo "que se va de marcha" una noche sí y la de enmedio también.

Lo cierto es que, por una causa u otra, el vandalismo callejero se ha instalado en la sociedad andaluza y se manifiesta de forma contundente, especialmente cada fín de semana.

Pero algo habrá que hacer para parar este problema, reconducirlo o atajarlo, ya que la pasividad actual e incluso las contínuas declaraciones de responsables políticos o ciudadanos, no contribuyen a su solución en modo alguno. Es más, se puede afirmar que incluso pueden alimentar este fenómeno destructivo y molesto.

Y es que nadie pondría objecciones a que la juventud se lo pase "guay" - como ellos mismos dicen- pero de eso a convertirse en una pesadilla que encima destroza el mobiliario urbano y tensiona nuestra vida en común, hay todo un abismo.

Y no podemos olvidar que se han adoptado incluso medidas legales - especialmente relacionadas con la venta y el consumo de bebidas alcoholicas- pero por lo que fácilmente se puede apreciar, no han sido nada eficaces hasta el momento.

Así es que se impone una acción común de padres, educadores, Asociaciones de Vecinos, Ayuntamientos, Junta de Andalucía y Gobierno en la búsqueda de medidas que erradiquen este auténtico problema de la sociedad de este tiempo nuestro.