jueves, septiembre 25, 2014

Rajoy: Donde dije digo, ahora digo Diego...

Que las circunstancias mandan es algo que se sabe y con lo que cada día nos encontramos en todos los ordenes de la vida pero a pesar de eso, al menos en política, es razón suficiente para que quienes se dedican a la cosa pública antes de adoptar una decisión, antes de adquirir un compromiso debieran tener muy en cuenta para no quedar finalmente con el trasero al aire como le acaba de ocurrir al Presidente del Gobierno de España - cosa que no es nueva por desgracia en nuestro país, de unos años a esta parte - al decidir retirar el proyecto de Ley del aborto que su ministro de Justicia, el controvertido Gallardón, había preparado para su aprobación por las Cortes Generales se supone que siguiendo instrucciones de su jefe y desde luego cumpliendo uno de los compromisos del Programa electoral de su Partido...

Pero está claro, como ya queda dicho, que a veces las circunstancias mandan y el lío que se había formado con dicho proyecto legislativo, la activa campaña de casi todos los demás Partidos Políticos para que fuera retirado, la repulsa de ciertos sectores beligerantes de nuestra sociedad con respecto al mismo y los consejos de los arúspices sociológicos que al parecer tanto influyen en el Presidente del Ejecutivo y en su mas progre entorno han dado al traste con esta iniciativa y han forzado al referido ministro a presentar su dimisión.

Y en esta nos encontramos con el Rey de viaje, el Presidente en la China y con un nuevo ministro de Justicia - a los que los del tren Alvia de Galicia señalan por cierto como uno de los responsables del terrible accidente ocurrido a las puertas mismas de Santiago de Compostela - que no puede tomar posesión de su cargo para asumir todo el planteamiento legislativo de rechazo al pulso soberanista catalán... Vamos, todo un acierto del Gobierno y de su Partido, en un nuevo quiebro a su tradicional electorado...

A todo esto, a uno se le ocurre sencillamente preguntar ¿si en un asunto que la sociedad española había asumido ya como una consecuencia mas de la alternancia política - vista la imposibilidad aquí de alcanzar consenso sobre algo - era tan urgente acometer esa reforma legislativa que, como todo indica, se habría sustanciado con bastante normalidad introduciendo en la Ley Zapatero/Aido algunas modificaciones a ciertos disparates incluidos en la misma...?

¿Verdad que el asunto no era tan urgente? ¿Verdad que la reflexión sobre el aborto que ahora se propugna desde el PP se podría haber puesto en marcha sin necesidad de formar la que han formado?

Pues eso...

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