Montado en su engañosa utopía el Presidente del gobierno autonómico catalán ha firmado, en acto de pretendida pompa, el decreto de convocatoria de las elecciones que ya tenía previstas para el próximo 9 de noviembre con las que se pretende avalar - llámesele como se le quiera llamar - la independencia de aquella región, abandonando siglos de convivencia, historia y cultura común que allí se tratan de resumir, para condicionar al electorado, en la insultante e injusta frase de "España nos roba"...
Por parte del Gobierno que preside Rajoy, como previamente se había anunciado también, se ha puesto en marcha la maquinaria precisa para paralizar la Ley aprobada por el Parlamento catalán y desde luego el referido decreto independentista, pero cabe pensar que llegados a este punto las cosas no se van a quedar ahí y obligarán a la adopción de otras medidas que pongan punto final a este loco sueño que, entre otras cosas, encierra en si mismo un menosprecio injusto y lamentable al resto de los españoles por parte del citado presidente del gobierno de Cataluña, de su partido de corte conservador y burgués, y de todas las fuerzas republicanas y de izquierda que forman parte del espectro político de esa parte del territorio de España.
Ante esta situación, unos - los Populares - han optado por la serenidad y la pausa quizá excesiva y otros - el PSOE de Sánchez - por insistir en reformar la Constitución para encontrar un espacio común con los catalanes, como si esta receta no tuviera en si misma el mensaje de una autonomía asimétrica en la que unos se beneficien a costa de otros - los mas - que está por ver si sería aceptada por Autonomías como la nuestra, quejosa y con razón, de que durante la Dictadura y también después se ha favorecido descaradamente a territorios como el mencionado y otros de la misma tendencia, para acallar su habitual postura de agravios y protestas, con evidente perjuicio para quienes no han alzado la voz de la queja...
¿O acaso esto no es así?
No hay comentarios:
Publicar un comentario