martes, septiembre 23, 2014

El Cura Repetto.

Toda una vida al servicio de su vocación sacerdotal y desde ella a la Iglesia Católica que le ordenó como presbítero primero, le encomendó tareas parroquiales en Jerez, le nombró Abad del Cabildo Colegial de la ciudad, le eligió como Deán del nuevo Cabildo Catedral y que en sus últimos años de absoluta dedicación a su ministerio le encomendó la parroquia patronal de San Dionisio en la que acaba de oficiar, rodeado del afecto de los suyos, su última misa para dejar paso obligado por los achaques a curas mas jóvenes de los que, por desgracia, cada día hay menos número pero de los que todavía quedan algunos...

Hablo del Padre Repetto, de don José  Luís Repetto Betes, sanluqueño de nacimiento y jerezano de adopción que el pasado fin de semana ha presidido su última Eucaristía como titular de la Iglesia parroquial del Salvador y San Dionisio a la que el Prelado diocesano le envió al ser relevado de su dilatada etapa como Presidente del Cabildo Catedral, templo al que ha dedicado buena parte de su actividad sacerdotal en Jerez, tras permanecer también un largo período en la parroquia de Santa Ana de nuestra ciudad.

Repetto, hombre de fuerte carácter pero entregado en plenitud a su misión sacerdotal lo ha sido todo en Jerez y en la ciudad ha dejado estela y buena como cura, como historiador, como impulsor de instituciones tales como el Centro de Estudios Históricos Jerezanos o la Real Academia de San Dionisio, como predicador riguroso y culto, como escritor e investigador y desde luego como pastor de almas a las que siempre y en toda circunstancia ha tratado de cuidar, consolar, apoyar y dirigir espiritualmente actuando consecuentemente con el compromiso que adquirió voluntariamente el día que fue consagrado como presbítero...

Ha culminado el Padre Repetto su dilatada y abnegada tarea al servicio de la Iglesia jerezana y al pasar a disfrutar de un mas que bien ganado retiro quienes le hemos tratado, quienes le consideramos amigo, quienes mas de una vez soportamos sus reprimendas y discutimos amistosamente con el sobre algunos asuntos, sin duda le echaremos de menos y mucho. Pero el paso del tiempo es inexorable.

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