A lo largo de la vida se presentan situaciones en las que uno debe adoptar actitud inequívoca en favor o en contra de algo o de alguien ya que la duda, el tratar de contemporizar, la falta de compromiso ante un hecho o circunstancia determinados, la tibieza, ni conducen a ninguna parte ni desde luego contribuyen lo mas mínimo a que finalmente se llegue a una solución del problema, sea para bien de lo que uno apetece o sea absolutamente lo contrario...
Esto, por desgracia, está ocurriendo con respeto al grave problema que España y todos los españoles - no solo aquellos que allí viven - tenemos sobre nuestras espaldas con la propuesta soberanista de Cataluña que cada vez se crispa mas y en la que muchos, desde la postura políticamente correcta del desacuerdo con la consulta que el próximo 9 de noviembre pretende llevar a cabo el gobierno autonómico catalán, sin embargo propugnan una actitud contemporizadora por parte del Gobierno de la Nación - que naturalmente no es de su cuerda ideológica - hacia lo que el señor Mas y los suyos, incluidos los republicanos de izquierda y otros situados en sus aledaños, buscan.
En esta línea de actuación equívoca están muchos dirigentes del PSOE y en la misma actitud el Portavoz del Gobierno de los andaluces, señor Vázquez, que acaba de pedir al Ejecutivo de Rajoy que favorezca el clima de conciliación refiriéndose a lo que poco antes había manifestado el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, señor García Margallo, al referirse a este problema nacional y afirmar que el Gobierno de España aplicará solo la Ley, pero toda la Ley si en Cataluña se empecinan en celebrar la comentada consulta soberanista...
Y está muy bien eso de no dinamitar los puentes que tan categóricamente ha manifestado el Portavoz del Ejecutivo de los andaluces, para distanciarse una vez más de la actitud firme en este asunto del Gobierno español, pero mejor estaría que él y los suyos se aplicaran el cuento aquí en nuestro territorio por ejemplo para mantener esos puentes con una oposición política, ganadora de las últimas elecciones, a la que no suelen conceder ni pan ni agua.
Por ejemplo...
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