El enfrentamiento parece inevitablemente servido y a ello han contribuido no pocas inhibiciones, cobardías y errores políticos que han colocado a Cataluña frente a España convirtiendo lo que siempre fue un asunto de intereses no claramente confesados en una obsesión de ruptura que nos trae de cabeza a todos los españoles y desde luego a muchísimos catalanes de bien que nunca han querido separarse de su Nación aunque hayan aspirado legítimamente a una mejora de sus condiciones como parte del territorio común del que forman parte...
Esta situación es la consecuencia de un Estatuto que impulsó uno de los peores presidentes de nuestra Democracia sin que hubiera necesidad para ello, de la obstinación de alguien que en su día sería llamado inexplicablemente hombre de Estado mientras al parecer tan dedicado a fomentar el naciente nacionalismo catalán no tenía tiempo para poner sus dineros en regla ante Hacienda, de un pacto tripartito en el que socialistas, republicanos catalanes de izquierda y desde luego la inevitable derecha amparada en una burguesía católica mas amante de su beneficio político financiero que espiritual y desde luego en la pasividad del Ejecutivo del PP que por no atreverse a coger el toro por los cuernos - tal vez porque en Cataluña la fiesta nacional fue prohibida precisamente por dicha connotación - nos ha situado al borde mismo de un choque de trenes que todos lamentaremos después.
Y es que nadie duda que llegados a este punto la celebración de la llamada Diada ha supuesto un punto de inflexión en las reivindicaciones nacionalistas catalanas y en su afán de pronunciarse, el próximo 9 de noviembre, sobre su derecho a la autodeterminación que ya cientos de miles llaman como realmente sienten en su fuero interno: independencia, claro que si nos atenemos a la legalidad de la Carta Magna aprobada mayoritariamente por todo el pueblo español esa aspiración ni se ajusta a lo dispuesto en la vigente Constitución, ni tiene cabida en nuestro marco legal y choca frontalmente con el principio de que la soberanía nacional radica en el conjunto del pueblo español por lo que para decidir sobre cuestión tan sumamente grave deberíamos ser consultados todos los españoles aunque el Presidente de Cataluña, señor Mas, crea que deben pronunciarse ellos solos...
Grave situación la que tenemos los españoles por delante y serio reto evitar una situación irreversible. Veremos que pasa.
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