En el tránsito del mes de octubre al penúltimo del año, Noviembre, aparecen en el calendario dos jornadas - la fiesta de Todos los Santos y el llamado Día de los Difuntos - que sin duda nos traen a la memoria, con mas intensidad que nunca, el recuerdo de tantos familiares y amigos como se nos han ido marchando a la otra vida dejando un gran vacío en la nuestra que en tantas ocasiones y con tantos de esos seres queridos es ciertmente muy difícil de poder llenar...
Dicen, algunas informaciones de estos días que la afluencia de visitantes a los Cementerios, en los últimos años, ha ido bajando de forma considerable y acentúan el dato de que las incineraciones se han impuesto claramente, de un tiempo a esta parte, a los entierros, por lo que incluso en algunas ciudades los recintos destinados a este fin están teniendo el problema de que algunas de sus zonas se han quedado vacías y consiguientemente en muchas de ellas el deterioro es evidente, todo lo contrario de lo que hace apenas pocos años era lo habitual, llegándose al caso de que no pocos Ayuntamientos tuvieron que abordar la ampliación de sus camposantos para poder atender la demanda.
Claro que de lo que hablo, en referencia a los dos primeros días del llamado mes de los Difuntos, es del recuerdo y este, por supuesto, ni está relacionado con la cremación de cadáveres ni mucho menos con su enterramiento. Es algo que pertenece a la esfera de los sentimientos personales y que cada cual guarda muy dentro de su corazón, como el mejor homenaje a cuantos seres queridos se fueron marchando de nuestro lado y a los que hoy, en lo que a mi concierne, he querido recuperar...
Descansen en paz todos ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario