jueves, mayo 02, 2013

Las promesas de los Políticos.

Naturalmente no es solo una debilidad de ellos y en esa falsedad podemos caer cualquiera de nosotros, pero desde la llegada de la Democracia a España cada día mas y lamentablemente protagonizada por muchos de ellos, eso de las promesas incumplidas es mayoritariamente patrimonio de la clase política que con un habitual descaro va por ahí, en cualquiera de los ámbitos de su actuación, prodigando promesas que naturalmente quedan en el olvido, aunque ello comporte a veces un daño irreversible a personas que confian en lo que se les dice sin reparar que a cambio de votos o simpatías hay impresentables que no dudan en ofrecer el oro y el moro a diestro y siniestro...

Yo podría mencionar en este Blog, con nombres y apellidos - y a lo mejor algún día lo hago - promesas incumplidas por Alcaldesas de Jerez de antes y de ahora, pero sigo pensando que una sociedad libre, justa y verdaderamente democrática no debe edificarse sobre acusaciones aunque estas sean absolutamente fundadas y provocadas por reiteradas promesas de solución de un problema que curiosamente crearon quienes después, con falsas palabras, ofrecen la solución al mismo, y cimentarse por el contrario en la denuncia rigurosa y objetiva por parte de los periodistas y de los Medios libres ¿alza alguien la mano para reclamar ese papel? de todo aquello que no puede admitirse en un comportamiento honesto y leal, especialmente en quienes son servidores públicos.

Pero en la sociedad española actual y en su Clase política parece haberse instalado mayoritariamente este comportamiento deplorable, que se sigue practicando día tras día, desde lo que se prometió ante una Convocatoria electoral para después hacer todo lo contrario , a lo que cotidianamente se anuncia a los habitantes de las ciudades sobre mil proyectos que después se convierten en humo de pajas, que lo importante al parecer es crear esperanzas e ilusiones para ir entreteniendo al personal...

Como escribiera Ortega y Gasset, en el diario "El Sol", el 15 de noviembre de 1930, «Delenda est Monarchia» ahora tal vez deberíamos clamar y bien alto, en nuestro propio idoma: ¡Fuera corruptos! ¡Fuera demagogos! ¡Fuera quienes buscan en la política su propio provecho! ¡ Fuera quienes mienten y ofrecen falsas promesas sin avergonzarse por el daño que hacen...!

No hay comentarios: