viernes, mayo 03, 2013

Dios nos libre de los Insolidarios.

Me ha tenido que tocar a mi, esta misma mañana, en una cola de una entidad bancaria a la que ha llegado un indivíduo, desaliñado, de esos que van dejando sus cosas por todas partes, que en la misma ventanilla y sin consideración hacia las demás personas que esperaban su turno para realizar una sencilla operación se ha dedicado a rellenar impresos, buscar en los bolsillos y en la cartera documentos que le eran reclamados o el importe a pagar, averiguar datos que figuraban mal en los papeles que presentaba al señor que atendía en la citada ventanilla, sin el menor miramiento, sin el más mínimo respeto por quienes le seguían, sin pedir siquiera excusas por su comportamiento ineducado, evidenciando un mal muy extendido en nuestra actual sociedad que no es otro que el de la insolidaridad a la que también podríamos llamar mala educación. Que me hubiera gustado conocer su nombre para poderlo citar en este Blog. Y para mas inri el tío llegó sobre una bicicleta a la misma puerta del Banco y yo, por cortesía, le dejé pasar primero...

Y ya digo, es este comportamiento inexcusable y producto de la generalizada falta de principios que nos afecta el que por desgracia podemos apreciar habitualmente en muchas personas que campan a sus anchas, como si el mundo fuera solo de ellas, que avasallan a todos cuantos se cruzan en su camino y que, encima, hasta se jactan de su listeza para no guardar colas, para hacer lo que les viene en gana y en definitiva para mostrar su absoluta falta de principios.

Por eso, Dios nos libre de los Insolidarios. De toda esa ralea que empuja para llegar antes, que les importa un bledo que los demás deban esperar a que ellos hagan cualquier gestión y en cualquier lugar, que se saltan los pasos de peatones, que adelantan por la derecha, que se cruzan en las rotondas, que se apresuran para llegar los primeros sin la menor consideración a ancianos que tratan hacerlo también, que demuestran por donde van su baja catadura moral y su inexistente educación...

Son esos, los insolidarios que por desgracia en esta sociedad consumista y carente de valores han florecido como hongos. ¡Que lástima que en algunos de esos momentos no pudiera contar uno con el famoso primo de Zumosol para partirles la cara!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Veamos: Usted le cede el paso, el llega antes a la ventanilla y empieza a resolver su problema. ¿Que tarda? Pues hay que ser solidario y aguantar estoicamente en la cola. Si lo piensa bien, mi admirado Don Andrés no fué él culpable, sino el banco que no tiene ni a la mitad del personal que hace un par de años no recibía y nos atendía. El insolidario es, por tanto, el banco, seguro.

Andrés L. Cañadas dijo...

Si lo que usted desea es trasladar la culpa a la entidad bancaria, ese es su problema. Yo no la disculpo, en absoluto, pero mucho menos a un indivíduo que sin preparar sus papeles y ni siquiera el dinero para ingresar, se pone en plena ventanilla a hacer lo que debería hacer en su oficina o en su casa. Hablar por hablar, sin vivir los problemas reales es bastante fácil y por desgracia habitual en este país nuestro...

Anónimo dijo...

Que duro, Don Andrés, que duro.