jueves, junio 21, 2012

Se acabó la fiesta.

Con la implantación del copago de las medicinas, a partir del próximo día 1 de julio, comenzaremos a constatar los españoles que la fiesta se ha acabado, vamos, que tanta proclama de estado del bienestar, que algunos se empeñan en seguir manteniendo contra viento y marea y desde luego como arma arrojadiza al gobierno que los ciudadanos de este país eligieron con mayoría mas que suficiente, no pasa de ser un argumento huero y carente de sentido cuando en la caja no hay suficiente para poder afrontar el gasto y por mucho empeño en vendérnoslo que se ponga el resultado será el mismo que nos lleva directamente a la necesidad de que quienes necesiten medicinas deban pagar al menos algo por ellas...

Esto pasa, naturalmente, cuando no se ha sido previsor y se ha gastado, a veces a manos llenas, en asuntos - no es este el caso, desde luego - absolutamente supérfluos tales como aeropuertos que no reciben un avión ni por encargo, ramales de trenes de alta velocidad que transportan un exiguo número de pasajeros cada día, carreteras a ninguna parte, organismos que se superponen unos a otros, sin solución de continuidad y una interminable relación de despropósitos que han concluido, lamentablemente, en la postración económica y laboral de España, que todos padecemos.

Vamos, que la fiesta se acabó, por mucho que algunos se empeñen en decir lo contrario, en proclamas sociales que precisamente carecen del mínimo compromiso social por no estar sustentadas en una sólida base económica y que ahora nos toca a todos - que desde luego hemos mirado complacidamente durante muchos años la incapacidad de nuestros poilíticos para intuir lo que se nos podía venir encima - soportar las consecuencias e implorar la ayuda divina para que este triste estado de cosas pase cuanto antes no para volver a las andadas sino para poder respirar con cierto alivio...

Claro que mientras tanto si se procediera a modificar hasta la raiz la actual estructura del Estado, las Autonomías, las Provincias y las ciudades, los privilegios de algunas "castas", los sueldazos de ciertos cargos, las tropelías de algunas entidades financieras y todo eso que todos nosotros sabemos y no denunciamos como se debiera, posiblemente la superación del actual estado de cosas podría lograrse antes.

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