lunes, junio 18, 2012

La Selección se echa a España a la espalda.

No me gusta nada el llamado "Niño Torres", fallón como pocos y producto, sin duda, de la arrogante prensa madrileña y todos sus estúpidos corifeos de provincias - catetos, les llamo yo - que comulgan con cuanto venga de Madrid precisamente por ser consigna enviada desde la Capital de España, amplificada por la prensa "nacional", las Cadenas de Radio y la televisión igualmente "Nacional", medios de los que casi todos estos dependen de una u otra forma, para la que todo cuanto sea ensalzar a este jugador es como dogma de fe obligatorio...

Claro que todo lo anterior no me impide aceptar que, como otros muchos delanteros de fútbol, no encumbrados ni mediática ni económicamente  a base de "ayuditas" desde la capital del Reino, Torres hay veces que marca y otras tantas que no, desesperando a cuantos contemplan su juego. Exactamente lo mismo que ocurre con otros muchos arietes que marca y fallan como el "Niño" pues eso es precisamente la esencia de este juego tan universalmente extendido y de aquellos que ocupan esa posición en el esquema de juego.

Pero hoy, sin embargo, Fernando Torres ocupa el protagonismo de este blog y con el todo el resto de la Selección Española, que comanda el Marqués del Bosque, por sus declaraciones de este mediodía en la televisión en las que, como portavoz de todos sus compañeros ha manifestado que quieren echarse al país a las espaldas y proporcionarle una alegría a los sufridos españoles - vamos, algo así como hicieron los griegos el otro día  con sus compatriotas -  que tan mal lo están pasando con la prima de riesgo y otros "familiares" de esta jungla en la que se ha convertido el sistema económico...

Hoy, por eso, me ha gustado Torres, "el Niño" y en su actitud ha venido a poner de manifiesto que aunque falle goles como casas sabe también marcarlos con su intención de mostrarse y con el todos sus compañeros del conjunto nacional, solidario con las privaciones y problemas que actualmente aquejan a España. Por eso, bien merece nuestro aplauso.

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