miércoles, junio 27, 2012

La foto del minuto...

Antiguamente, cuando la fotografía no había alcanzado la perfección tecnológica actual, era muy frecuente ver como en lugares típicos de cada ciudad y especialmente en las plazas mas emblemáticas, se situaba un señor, normalmente revestido con un babi, junto a una cámara sustentada por un trìpode y a la que protegía de la luz un llamativo paño de color negro bajo el cual y a la voz de "que va a salir un pajarito", advertía a sus clientes de que estuvieran quietos y mirando al objetivo para obtener la imágen de los mismos en las mejores condiciones posibles y que en tan solo el breve espacio de un minuto les entregaba todavía humedecida por los líquidos reveladores que contenía el referido "artefacto"...

Claro que eso era antes, hace ya muchos años, aunque lo del pasado fin de semana en la guipuzcoana Andoain, como informaba el periódico La Razón en su edición del pasado lunes, remedando aquel tiempo ha sido algo así como la foto sangrienta del mencionado minuto, ya que a ciertos militantes de la llamada izquierda nacionalista - abertzales se llaman ellos en euskera para definirse como patriotas - se les ha ocurrido la "genialidad" trístemente drámatica de colocar reproducciones fotográficas de tamaño natural de ciertos presos de ETA con los cuales quienes quisieran podían inmortalizarse - todo lo contrario de lo que tantos etarras han hecho con sus víctimas - al módico precio de un euro.

Esa es la gracia de estos defensores de los terroristas vascos, ese su sentido de la macabra ironía con la que han pretendido, una vez mas y ante la pasividad inexplicable de las autoridades, de loz jueces, de las fuerzas de seguridad del Estado, de la propia sociedad civil sana y normal - que digo yo que alguna quedará en España, incluida Euskadi - rendir su particular homenaje a quienes tanto dolor han provocado en centenares de miles de víctimas, tanta barbarie han propiciado por toda nuestra geografía - baste recordar simplemente el atentado del Corte Inglés en Barcelona o el de la Casa Cuartel de Zaragoza - con este esperpento intolerable y de pésimo gusto del remedo de aquellos entrañables fotógrafos del Minuto que esta ralera ha sustituído por la fotografía del euro, delante de la Iglesia del pueblo...

Vamos, para partirles en la crisma la cámara, con su trapo negro y con su trípode.

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