martes, junio 26, 2012

Quién no corre, vuela...

Afirma el dicho popular que "aquí, quién no corre vuela", frase con la que en España se alude a quienes, "cuando hay interés de por medio, se adelantan a los demás para salir más beneficiados", procurando desde luego el bien propio que el respeto a la norma, algo tan utilizado como argumento en ese género literario de la novela picaresca, tan propio de nuestras letras y cuyo origen no fué otro, según los expertos, que el de paradiar las narraciones grandilocuentes del Renacimiento de las que bien podrían ser buenos ejemplos los llamados libros de caballería, las epopeyas o la novela pastoril. En definitiva, una respuesta nacida de la realidad social de la época que frente a los héroes, los caballeros o los hidalgos de noble cuna mostraba, a través del relato, a truhanes, pícaros, conversos de escasos recursos como contraste de aquel mundo idílico con que anteriormente se nos había presentado la realidad española...

Claro que del género aquí parece que hemos hecho virtud según se ha podido constatar - aunque la Consejera de Salud andaluza se haya permitido ponerlo en duda, sencillamente por cumplir el "guión" ideológico trazado por su partido - por las manifestaciones realizadas por la Ministra de Sanidad según las cuales alrededor de doscientas mil personas han estado eludiendo el pago de sus medicinas al figurar como Pensionistas cuando en realidad eran trabajadores en activo, de acuerdo con los datos cruzados entre distintos ministerios sobre esta situación irregular y fraudulenta.

Viene esta denuncia, formulada en una comparecencia ministerial para hablar del llamado "copago" sanitario, a demostrar que a pícaros hay pocos que nos ganen, que a muchos a los que la boca se les llena con proclamas de solidaridad cuando de eludir sus compromisos se trata les importa un bledo saltarse sus principios y que a nuestros sistemas de control para que no ocurran cosas como estas le queda aún un largo camino para alcanzar si no la perfección si, al menos, mucha mayor eficacia de la que actualmente puede acreditar...

Lo cierto es que, se ponga en duda o no con mas inconsistencia argumental que otra cosas, lo real es que estas cosas siguen ocurriendo en nuestra España de hoy, como contaban las novelas del género picaresco del Siglo de Oro, y bueno sería que de una vez por todas aquellos que "mas que correr, vuelan" en su provecho fueran señalados por el dedo acusador de la sociedad y castigados por su engaño.

Aunque solo fuera por salvar los principios morales, que también por preservar la legalidad desde luego...

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