Si ayer dedicaba este Blog a un libro escrito por un amigo entrañable, hoy prosigo con mi personal homenaje a otro que no lo es menos y con el que comparto el apelativo familiar de hermano por lo profundo y antiguo de nuestro afecto común, para resaltar su arrojo como empresario que le ha llevado, con la que está cayendo, a plantar una hermosa finca de olivos, a las mismas puertas de la ciudad, y a transformar su primera cosecha en aceite, recuperando con ello una de las páginas mas interesantes de la propia historia de Jerez, en la que antaño - como dijera en su día el periodista Montero Galvache - sus almenas estuvieron rodeadas de este árbol mítico y milenario...
Y en esta afortunada iniciativa, generadora de riqueza para nuestra población, Manolo Caballero además ha querido que el producto de su esfuerzo, el aceite - bautizado por cierto como Monasterio de La Cartuja - sea de máxima calidad, no en balde procede de olivos de la variedad Arbequina, y que a pesar de ello y en un gesto mas de su jerezanía, su precio esté en el nivel mas competitivo y ello permita disfrutar a sus paisanos del mismo sin que su compra suponga un mayor desembolso, a pesar de que su categoría alimenticia puede considerarse sin duda en la escala de aquellos productos considerados como especiales para gourmet.
Pero es que este amigo mío - mi hermano - siempre ha sido un emprendedor nato que ha dedicado su vida a la agricultura, a la maquinaria agrícola, al cultivo de la flor con cuya marca - Sherry Flor - recorrió medio mundo y conquistó una Medalla en el mayor Mercado floral de Holanda, a la formación de nuevos conductores, al suministro de combustible y por eso, por que nunca ha sabido estar quieto, no ha tenido mejor ocurrencia, en estos tiempos que corren, que la de meterse de lleno en el apasionante mundo del aceite de oliva y brindar a Jerez y a los jerezanos una marca de la mayor calidad, asequible a todo el mundo...
Por eso hoy, nuevamente, tenía que dedicar mi bitácora personal a otro amigo, por un elemental deber de justicia, resaltando su empeño, cuya puesta de largo tuvo lugar ayer viernes en el excepcional marco del Molino del Aceite del Alcázar jerezano y haciéndole llegar mi felicitación y mi abrazo fraterno.
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