Si algo no le viene bien a Jerez, en este momento, es otra noticia negativa que además afecta a muchas personas - alrededor de mil trescientas - y con ellas a sus respectivas familias ya que la lacra del paro, según los últimos datos conocidos, no remite y por el contrario repunta en una cifra ciertamente preocupante que nos sitúa ya por encima de los treinta mil desempleados, lo cual es un auténtico problema social.
Y es que no salimos de una cuando nos vemos metidos de lleno en otra: tremenda deuda municipal, cercana a los mil millones; imperiosa necesidad de regular una plantilla municipal excesiva; inaplazable intervención de las empresas municipales cuyo referente negativo es el que representan - como en otras muchas ciudades y comunidades autónomas - la radio y la televisión pública...a lo que hay que unir la endémica crisis del sector bodeguero - paladín, en otros tiempos, de la economía jerezana, la atonía industrial y una larga serie de circunstancias que no es necesario reseñar pero que están en la mente de todos...
Por eso, si algo negativo faltaba, esta noticia del incremento, importante, del número de parados en Jerez ha caído como un auténtico jarro de agua fría en este panorama desolador de una ciudad que, inmersa en una huelga del transporte urbano que ha destapado las vergüenzas de un servicio sobredimensionado y cuya ausencia durante muchas semanas apenas ha tenido tímidas protestas de los usuarios, con contínuas y prolongadas manifestaciones reclamando salarios, trabajo o paralización de anunciadas medidas por parte del Ayuntamiento, soporta una muy díficil situación que requerirá, a medio plazo y como muy tarde, un tratamiento excepcional por parte de instancias superiores - Autonomía y Estado - para poder encontrar el necesario equilibrio.
Y que se acaben las frases retóricas y las medias verdades y de una vez por todas se llame al pan pan y al vino vino, que ese lenguaje lo termina entendiendo la gente aunque naturalmente no le guste...
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