sábado, octubre 22, 2011

¿Y si los millones de la guerra se dedican a combatir el hambre?

Ahora, muerto Gadafi, se anuncia la salida de las tropas de Libia como antes se hizo de Irak, con el consiguiente alivio para las arcas de los países que, en defensa de la libertad y la democracia - nos dicen - decidieron invadir el segundo de ellos para derrocar a Sadam Husein o participar en apoyo de los rebeldes libios que, cansados de la tiranía de su dictador, se propusieron derrocarlo por la fuerza de las armas, como así ha sucedido finalmente.

Y en estas operaciones, aparte las tremendas pérdidas de vidas humanas - especialmente en territorio iraquí -  ni que decir del derroche que han supuesto para algunas naciones occidentales, aunque nadie debe olvidar las posibles compensaciones que para las mismas pudieran derivarse para los libertadores, vía explotación de los recursos naturales de los territorios colonizados, aunque sea temporalmente...

Y al conocer las astronómicas cifras gastadas en las guerras, uno no puede por menos que preguntarse si estas cantidades se hubieran destinado a combatir el hambre, ¿seguiríamos teniendo mil millones de personas que hoy mismo pasan hambre en el mundo? ¿Seguiría muriendo un niño cada tres segundos cada día, es decir, veinticinco mil cada veinticuatro horas?. Datos, hechos públicos muy recientemente, ante los que al parecer todo el mundo mira - mejor sería decir miramos - para otro lado tal vez por no sentirnos culpables.

Pero por lo visto es preferible, para algunos, enviar sus tropas a la guerra, emplear sus recursos en acciones bélicas, que dedicar tan ingentes medios humanos y económicos a erradicar el hambre y la miseria en el mundo...

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