Mal, muy mal tiene que estar funcionando el mundo, muchos deben ser los problemas que la humanidad padece aquí y en otros lugares, para que - aunque exista internet y la redes sociales - sin conocerse, sin entenderse en el mismo idioma, tal vez sin compartir siquiera unas mismas ideas y unos mismos ideales, cientos, miles, millones de personas de los cuatro puntos cardinales del Planeta vayan a salir mañana - aunque algunos traten de hacerlo sin el correspondiente permiso legal, como al parecer sucede en Madrid - para clamar contra los abusos, la desigualdad, la corrupción política, la casi total falta de oportunidades especialmente para los mas jovenes y curiosamente mejor formados, el despilfarro, los recortes, la imperfecta democracia, las injusticias sociales y tantas otras cosas que convertirían esta relación en interminable.
Se dice que mas de novecientas cincuenta ciudades, de mas de ochenta países repartidos por el mundo, entre ellas mas de sesenta españolas, se proponen, pacíficamente, denunciar el estado actual de cosas que no gusta a los promotores de este multitudinario movimiento ciudadano conocido genéricamente como 15-M y sean estas cifras u otras, lo cierto es que el descontento de muchas personas es patente, está llegando a situaciones de evidente crispación y algo habrá que hacer para que del mismo no deriven algaradas, enfrentamientos o violencia sino medidas que sirvan para solucionar o paliar, al menos, parte de tan amplia problemática...
Y es que simplemente analizar la actual situación social y económica, con cierre de empresas,impagos salariales, despidos, abuso por parte de muchos políticos a la hora de fijar sus retribuciones o sus prestaciones sociales si se las compara con las del resto de los mortales, la tiranía de los mercados, los inexplicables blindajes de algunos responsables de entidades financieras, los beneficios de algunas de estas, nos lleva a pensar que algo funciona mal, muy mal y que quienes están llamados a encontrar soluciones a estos problemas parecen no acertar a encontrarlas.
Esa, al menos, es la sensación que nos queda...
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