Mas de una vez, con respecto a los Medios de ámbito nacional o en relación a los autonómicos y desde luego a los locales, se ha venido a decir, por uno y otro lado del espectro político - según conviniera, claro está - que se han convertido en un pozo sin fondo en el que año tras año se pierden cientos de millones no se sabe muy bien para que salvo que sirvan a la mayor gloria de quienes por detentar el poder, en cada caso, se benefician del discurso mediático...
Y mas de una vez, también, se ha preconizado la supresión de dichos medios, su concentración y por supuesto la privatización para que sea la iniciativa empresarial la que los asuma y gestione, transformando esa permanente ruina en balances positivos o, caso necesario, procediendo a erradicar lo que sin duda es un cancer para las cuentas públicas.
Pero como la capacidad de sorpresa parece no tener límites, en lugar de paliar tan evidente sangría económica con el cese fulminante de quienes por incapacidad o irresponsabilidad no saben gestionar adecuadamente esos Medios públicos, que todos pagamos con nuestros impuestos, se adoptan por Gobiernos centrales o autonómicos o por Corporaciones locales medidas salvadoras de todo tipo para que siga perpetuándose una situación insostenible.
Vamos, un agujero negro en el que todo se pierde y en el que cabe hasta la donación de inmuebles del común patrimonio para tratar de equilibrar unas cuentas que no salen de ningún modo, con tal de seguir contando con el altavoz propagandístico...
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