Hace unos días se celebraba un aniversario destacado de la implantación en España de la donación de órganos, que afortunadamente en los últimos años se ha incrementado de manera considerable en nuestro país, tanto en el número de posibles donantes como en las operaciones realizadas, que han permitido salvar no pocas vidas, devolver la vista a un elevado número de personas, mejorar la calidad de vida de enfermos de riñón, por citar un ejemplo, motivo por el cual la sociedad en su conjunto debe no solo sentirse satisfecha sino esperanzada...
Y en relación con este generoso comportamiento de un elevado número de españoles, en línea con la creciente predisposición social favorable a poner a disposición de los hospitales donde los trasplantes se efectúan parte del propio cuerpo, tras la muerte, para que otros seres humanos puedan seguir viviendo o logren disponer de un órgano que les facilite una mejor y más prolongada posibilidad de vida, es preciso resaltar la iniciativa, anunciada públicamente en la pasada Romería del Rocío, de las Hermandades que veneran a la Blanca Paloma - la Matriz de Almonte y sus ciento seis filiales repartidas por toda España y en algún otro lugar del mundo - para promover entre sus miembros, centenares de miles por cierto, dicha donación de órganos, lo que sin duda es todo un testimonio de generosidad y compromiso en favor de los demás.
Dan un paso adelante los rocieros para fomentar la donación de órganos, para eliminar esas barreras psicológicas que algunas personas tienen para decidir donar los suyo, lo que sin duda tendrá muy pronto una positiva repercusión en este asunto que tan necesario resulta para la mejora de vida de muchísimas personas, cuando no de su salvación y por eso es oportuno reseñarlo y destacarlo.
Ojalá que cunda el ejemplo de este hermosa iniciativa...
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