El ejercicio demoscópico es no solo lícito y necesario sino oportuno y permite el conocimiento de numerosas claves de nuestro comportamiento individual y colectivo, arrojando luz sobre muchas cuestiones que forman parte de la sociedad en la que vivimos.
Especialmente, en épocas como en la que actualmente nos encontramos, es decir, en campaña para unas elecciones municipales y autonómicas, los resultados de esos estudios o encuestas nos indican por donde puede ir el electorado, con respecto a un candidato concreto o a una formación política determinada, por lo que es habitual que por todas partes - Televisiones, Cadenas de Radio, Periódicos, Internet, etc. - nos salgan al paso los resultados de dichos sondeos, en los que se nos dan pelos y señales de quién puede resultar ganador, de cuantos concejales obtendrá tal Partido, quienes no alcanzarán el mínimo para poder lograr representación o porcentajes de votos que respaldarán las candidaturas...
Y eso está bien, ya que uno se orienta y puede intuir que pasará finalmente el día señalado para acudir a las urnas.
Claro que muchas de esas Encuestas - y se les nota demasiado - tratan por todos los medios de movilizar al electorado en una concreta dirección, de empujar a un candidato con pocas posibilidades reales de triunfar, de influir, en definitiva, sobre la voluntad del elector y puestos en esa tesitura, vale que lo hagan aquellos a quienes interesa - Candidatos y Partidos - pero ya no está tan bien y por supuesto es rechazable que con el pretexto de "informar" practiquen este ataque a nuestra libertad medios informativos que aparecen bajo la etiqueta de libres e independientes ya que no todos los ciudadanos tienen la misma capacidad de discernimiento para no resultar manipulados.
Así que, ¡ojo con las encuestas! que las hay para todos los gustos y muchas llevan gato encerrado.
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