En los últimos meses, especialmente tras las recientes elecciones municipales y autonómicas celebradas en España, todos los Partidos políticos se han entregado con entusiasmo a proclamar la transparencia de sus cuentas y sobre todo de su gestión, para que la ciudadanía pueda conocer de primera mano lo que gastan, a quienes tienen contratados en los organismos públicos y sobre todo su patrimonios y ganancias personales, en el caso de cargos concretos de dichas administraciones, lo cual desde luego está muy bien pero algo asombra que no se hubiera hecho o puesto en práctica, a pesar de muchos anuncios al respecto, antes de la aparición en nuestro panorama político de fuerzas como Ciudadanos o Podemos y sus marcas blancas...
Igualmente a todos o casi todos les ha entrado una prisa evidente para anunciar la reducción de concejalías, consejerías o cargos, tanto municipales como autonómicos, de alta dirección así como de rebajarse sus sueldos públicos en cantidades apreciables, a pesar de que en esto - ya había pasado anteriormente también - existan excepciones que sirven por supuesto para confirmar la regla de esa austeridad de la que todos proclaman a los cuatro vientos que desean ser partícipes.
Transparencia, que está pero que muy bien; rebaja de sueldos y complementos; que está mejor; reducción del número de cargos, que es desde luego estupendo y por supuesto muchos menos vehículos oficiales, con su complemento de gasto en combustible, reparaciones y mantenimiento amén de conductores para llevarlos - la Junta andaluza afirma en su renovado Portal de transparencia tener cuatro mil coches - lo cual es muy bueno que se sepa y sobre todo que se lleve a la práctica de forma habitual...
Y para esto ¿han tenido que aparecer en nuestro panorama político dos nuevos Partidos a los que se llama emergentes?. Pues ya solo por eso, ha valido la pena y que se apliquen el cuento PSOE y PP...
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