jueves, junio 18, 2015

Las dudas de los electores...

Pocos días han pasado desde la constitución de los Ayuntamientos en España y cada uno de ellos ha deparado nuevos motivos para que la desconfianza de aquellos que no han visto con buenos ojos los Pactos, a veces bastante forzados, que se han materializado para llevar al gobierno municipal a determinados Partidos, se haya visto incrementada de forma notable y es que la confirmación en las redes sociales de ideas y principios de algunos de los candidatos/as de dudoso buen gusto y legalidad, la incapacidad de Alcaldes y Alcaldesas para poner orden en sus heterogéneas filas, los anuncios de ciertas medidas populistas e incluso los insultos a ciertas autoridades militares que, atendiendo a una invitación cursada por algún municipio, asistieron al Pleno de toma de posesión de su nueva Corporación, no han hecho mas que aumentar esa sensación de temor y desconcierto de no pocos ciudadanos por la manifiesta incapacidad de muchos de estos nuevos cargos electos de mantener un comportamiento correcto y respetuoso con los demás, como exige la práctica democrática...

Si a esto añadimos que no pocos de los llamados líderes de los movimientos o partidos emergentes, algunos Medios y ciertos comentaristas políticos, en lugar de condenar abiertamente esos desplantes, esas irregularidades, se han dedicado a justificar a quienes consideran de su cuerda ideológica, cayendo así en lo que han venido criticando a los que ellos llaman casta y que bastantes de los acuerdos lo han sido claramente para conquistar sillones - aunque esta realidad se niegue -, amén de la evidente repercusión que para la economía española está teniendo toda esta peculiar situación, a pesar de su corto recorrido, normal parece que muchos ciudadanos tengan por ahora la mosca detrás de la oreja.

De todas maneras, como ha ocurrido en otras ocasiones anteriores - bastará recordar la sustitución de la UCD por el PSOE de Felipe González - es normal que el nerviosismo y las dudas aparezcan a lo que además contribuye la crítica ácida de aquellos que han perdido el poder y es necesario confiar en que en poco tiempo recobremos la normalidad siempre y cuando la sensatez se imponga en aquellos que ahora lo ejercen y lleven a cabo una gestión en beneficio de todos y no exclusivamente de su perfil ideológico. Que se gobierne la ciudad desde el sentido común y no desde la utópica demagogia, respetando al adversario y brindándole la posibilidad de que también colabore en beneficio de los ciudadanos...

¿Tan difícil es esto?

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