Ni buenos ni malos los datos conocidos sobre la evolución del empleo en nuestro país sino todo lo contrario y es que a pesar de la reducción del número de parados que ofrecen, lo cierto es que su exigua cifra viene a dejar la impresión entre los españoles de que a este ritmo la gravísima lacra de desempleo que padecemos puede prolongarse aun por muchos años y ello nos aboca a un futuro mas que incierto para una buena parte de nuestra sociedad, que viene padeciendo las consecuencias de la crisis económica que afecta a España desde hace varios años...
Seguimos con una altísima tasa de paro que afecta casi por igual a hombres que a mujeres - algo menos a esta últimas - pero que en cuanto a menores de veinticinco años viene a suponer mas de un cincuenta y un por ciento del total y que afecta, entre personas comprendidas entre dieciséis y diecinueve años, nada mas y nada menos que a mas del setenta por ciento de nuestra población comprendida en esas edades lo cual explica que se esté produciendo una progresiva emigración de nuestros jóvenes al extranjero para tratar de encontrar un futuro laboral que su país, en este momento, no tiene posibilidades de ofrecerles.
Y seguimos, desde luego, logrando una disminución del número de parados en España, cuya tasa según la última Encuesta de Población Activa se sitúa en un 23,8 por ciento pero es tan lenta esta reducción, sometida en buena parte a la estacionalidad, a la pérdida salarial, a la inseguridad del empleo temporal, que por mucho que se nos diga y por muy buena voluntad con que dicha disminución se acoja, lo cierto es que en el conjunto de los españoles sigue muy arraigada la idea de que ni la crisis se ha superado ni está cercano el día en que se logre salir de semejante situación...
De ahí el pesimismo, la incredulidad y el que desde la Unión Europea se nos sigan recetando fórmulas para alcanzar la ansiada recuperación.
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