martes, enero 13, 2015

Rebajas.

Habitual en el comienzo del año y también en el verano lo de las rebajas; las grandes rebajas; con las que todo el comercio en general y especialmente las grandes superficies suelen, además de salir de la mercancía acumulada en sus estantes durante meses, tratar de incrementar su negocio aunque sea a cambio de reducir el margen de beneficio sobre determinados artículos que se ponen a la venta a un precio, a veces sensiblemente menor, que el inicialmente aplicado pero que aún con esa disminución si finalmente se convierten en dinero circulante contribuyen a la cifra final de la actividad  comercial referida...

Por eso el concepto de grandes oportunidades con el que suelen revestirse las rebajas, en su publicidad promocional, ha acabado consolidándose entre la clientela y por eso, sobre todo cuando el principio de esta época de ofertas está complementado con algunos ganchos para los compradores que acuden a la búsqueda de las misma, asistimos a veces a esas imágenes en las que a la hora de abrirse las puertas del gran almacén mas bien parece que se trate de una competición que de una transacción comercial, con carreras, caídas y griterío incluido que las televisiones se encargan de amplificar con la difusión de las imágenes.

Pero está bien que se rebajen precios, que se oferte a la clientela y que, por medio de esta estrategia comercial tan habitual en todo el mundo, se dinamice en alguna medida la economía pues con las rebajas han venido a a instalarse entre los compradores algunos conceptos bastante útiles como son los de no comprar aquello que no se necesita, comprobar que la disminución de precio en el artículo es real y no engañosa, supervisar que la calidad del producto es la adecuada y que no se trata de una burda imitación del original o aprovechar este periodo de oferta para adquirir algo por lo que en otro momento habríamos pagado un precio muy superior...

Así que bienvenidas las rebajas y usted que las aproveche.

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