domingo, enero 25, 2015

La actualización de la renta...

Con la llegada del nuevo año no han sido pocos los establecimientos comerciales que han cerrado definitivamente sus puertas o, en menor número, se han trasladado a una nueva sede obligados por la actualización de sus viejas rentas de alquiler que han entrado en vigor el pasado día 1 de enero, en cumplimiento de lo dispuesto por una ley conocida por el nombre del ministro socialista que la aprobó, en el ya lejano 1985 - Ley Boyer - sobre arrendamientos urbanos, que vino a poner fin a la prórroga indefinida del precio inicialmente pactado entre propietarios de viviendas y locales y quienes los alquilaban, lo que sin duda ha ocasionado en todas las ciudades de España la pérdida de numerosos negocios tradicionales aunque ha venido a liberar a no pocos dueños impedidos de incrementar lo que percibían por sus alquileres bastante bajos...

Naturalmente, también hubo casos en los que finalmente un nuevo acuerdo fue posible y ambas partes han salido ganando, pues el dueño del local puede ahora cobrar una renta superior y el arrendatario ha podido seguir desarrollando su actividad en el mismo lugar, evitando cierre o traslado lo que evidentemente y en especial para aquellas actividades que durante muchos años han abierto sus puertas en una ciudad y han venido atendiendo a su clientela en el mismo lugar es indudablemente beneficioso, aunque se hayan incrementado los gastos de apertura.

Claro que otra cosa es el cierre definitivo de determinados negocios con la pérdida de ciertas referencias ciudadanas - que muchos comercios lo son - y con la consiguiente pérdida también de no pocos puestos de trabajo, de lo que ninguna culpa tienen desde luego los propietarios de locales cuya renta se ha tenido que actualizar al amparo de la Ley pero sobre cuyas consecuencias quizá no se supo prevenir con la antelación necesaria...

Pero así son las cosas y sin duda nos hemos quedado con el cierre de comercios, bares y restaurantes de los que ya no volveremos mas a disfrutar. 

Tan triste como cierto...

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