viernes, agosto 15, 2014

La Virgen de los Reyes.

Sin duda alguna, el amor de Sevilla que concentra en el breve entorno de la impresionante Catedral, centenares de miles de personas deseosas cada año de rendir tributo a la Patrona de su Archidiócesis sin importarles que para ello deban soportar los rigores del tórrido mes de Agosto, el desplazamiento hasta la capital andaluza desde cualquier punto de la costa o el cansancio de peregrinar desde distintos pueblos del Aljarafe o de los Alcores, como ha sido el caso este año de quienes se han trasladado andando desde el Viso hasta la Seo hispalense al cumplirse el setenta y cinco aniversario de la primera vez que vecinos de dicha localidad decidieron acudir en la madrugada del día de su festividad a postrarse a las plantas de la Virgen de los Reyes...

Fiesta grande y singular de Sevilla y de cuantos han tenido la oportunidad de vivirla alguna vez en su vida que confiere a este día de la Asunción una aureola especial, alegre y distinta que nunca se borrará de la memoria. Fiesta íntima de cada sevillano y de cada devoto de la Reina de Reyes - por Ella, dice su lema, reinan - que llenará las inmensas naves de la Catedral sevillana de miles de fieles deseosos de participar en su Besamanos, en los Cultos de la Novena o de la Octava, en las misas que anteceden a la salida procesional desde la cinco y media de la madrugada, en la que ya el grandioso templo está completamente lleno y desde luego en su recorrido procesional por las Gradas bajas catedralicias en las que la presencia de la Señora, bajo su original palio de tumbilla, es acogida con un elocuente silencio que en si mismo es plegaria, confidencia y fe expresada con la mirada de sus devotos, porque ante la Virgen de los Reyes se reza sin palabras.

Si Sevilla tiene símbolos, hechos y fiestas que la identifican, esta celebración de su Patrona - que es así como todo sevillano la proclama - sin duda alguna se constituye en ese día grande e irrepetible que marcará el resto del año y que en torno a tan venerada imagen quedará guardado como el mejor de los tesoros en lo mas íntimo del corazón de sus habitantes que tal es la profunda significación de esta conmemoración anual en plena canícula que solo se comprende si se ha vivido alguna vez o se es hijo de la ciudad pues su auténtica dimensión rebasa todos los límites imaginables y que contarse pudieran...

Y todo, por Ella, la Virgen de los Reyes.

No hay comentarios: