La imagen personal...

El cuidado de la imagen personal es algo ciertamente importante y que hoy día, por la excesiva proliferación de Medios de Comunicación - muchos de ellos manejados por auténticos inexpertos en la materia, cuando no aficionados que no han debido pasar ningún filtro para ejercer la profesión periodística - suele quedar mal parado si no se tiene la prudente precaución de mostrar en todo momento y mucho mas en público una actitud que no pueda ser utilizada por otros para ponerla en entredicho con fotografías y comentarios que suelen dar al traste con la opinión que la sociedad pueda haberse formado sobre cualquier ciudadano y especialmente si su ámbito de actuación tiene repercusión pública...

Naturalmente el derecho a la intimidad y el honor y también el respeto por la vida privada de cada uno de nosotros debieran ser - así lo proclama la Ley - sagrados y por tanto nunca conculcados por nadie, periodista o aficionado a hablar o escribir en los Medios , que piense que el tan manido concepto de libertad de expresión supone un salvoconducto para que se pueda airear a los cuatro vientos lo que pertenece al ámbito exclusivo de la actividad particular de alguien, por muy público que pudiera ser el personaje sobre el que se habla, aunque esto se complica y mucho cuando es la persona en cuestión la que, con su actitud, su aspecto, su forma de proceder, lo propicia ya que en ese caso la culpa no estaría en quien lo cuenta sino mucho mas en quién lo provoca.

Viene esto a cuento ya que, a veces - y muchas mas de las convenientes - suele uno encontrarse en las páginas de la prensa o en las pantallas de cualquier Canal de Televisión imágenes que en nada favorecen; mas bien todo lo contrario, a un personaje que por su actividad profesional o pública debiera ser mucho mas cuidadoso con su forma de proceder que desde luego será inmediatamente transformada en fotografía o comentario que le dejará mal parado y por supuesto pondrá en evidencia no solo su vida privada - a la que, repito,  tiene perfecto derecho - sino la de lo que públicamente representa...

Y es que el afán de notoriedad y el dejarse llevar, a veces, suele deparar tan nefastas consecuencias.