domingo, agosto 17, 2014

El perro no es sucio, lo es su dueño...

El verano es época propicia para salir a caminar, ese moderado ejercicio saludable que tan conveniente resulta y que, especialmente para las personas de cierta edad, los médicos suelen recomendar a sus pacientes para que mejoren su calidad de vida, eviten la obesidad que puede provocar el sedentarismo y se mantengan en forma lo que sin duda es absolutamente beneficioso para el organismo y mucho mas cuando ya se ha rebasado ese límite de años que de alguna manera son como la frontera entre la juventud y la ancianidad que por fortuna cada vez se prorroga mas...

Y con el verano, con el aumento indudable de las salidas para caminar por la ciudad y disfrutar de ella en plenitud, vuelve a surgir en todas las ciudades el incivismo de quienes proclamándose protectores y amantes de los animales, especialmente de los perros, van dejando sus excrementos por las aceras y no tienen el menor cuidado en recogerlas y depositarlas en alguna papelera, contribuyendo con ello a la necesaria limpieza urbana y evitando por otra parte que cualquier transeúnte pueda acabar siendo víctima de su negligente y reprobable comportamiento, castigado además por la normativa de todos y cada uno de los municipios aunque no siempre obligados a cumplir por quienes estarían llamados a ello.

El problema desde luego no es exclusivo del verano pero es en este tiempo del calor y el clima que invita a pasear cuando se acrecienta precisamente por toda esa plaga de amantes de los perros que sin el menor miramiento y como prueba evidente de su mala educación van regando nuestras calles y plazas de cacas de sus mascotas por no molestarse en recogerlas y tirarlas a la basura, evitando así que otros conciudadanos puedan finalmente pagar las consecuencias de su comportamiento antisocial por lo que sería no solo necesario sino obligatorio que las autoridades municipales, especialmente ahora, incrementaran la vigilancia sobre este problema y, sobre todo, procedieran a aplicar sanciones ejemplarizantes para acabar con semejante plaga que tan poco contribuye al buen nombre de una ciudad...

Y de paso que se llevaran a cabo campañas para tratar, al menos, de educar a tanto ineducado como campa a sus anchas a nuestro alrededor.

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