Aceptado generalmente como medida de gracia de los poderes públicos en relación con personas que han sido condenadas por la comisión de un delito, en los últimos años hemos tenido en España algunas polémicas relacionadas con este tipo de decisiones adoptadas por el Ejecutivo que en lugar de contribuir a consolidar entre los ciudadanos la idea de que es bueno el perdón cuando concurren determinadas eximentes para su aplicación o circunstancias que avalan la gracia, han provocado un generalizado rechazo sobre la oportunidad de aplicarla a algunas personas y sobre determinados delitos...
Sin ir mas lejos, el indulto de cierto banquero, adoptado por el anterior gobierno presidido por Zapatero, marcó sin duda un punto de inflexión sobre este asunto en el conjunto de la sociedad española que ahora, ante solicitudes semejantes protagonizadas por condenados por la trama del Ayuntamiento de Marbella, ha reaccionado otra vez mostrándose totalmente en contra de que ante ciertos delitos se otorgue el solicitado perdón y desde luego partidaria de que los condenados acaben dando con sus huesos en la cárcel, al menos una parte de la condena que les haya sido impuesta por los Tribunales.
Está bien, como dice el lema compadecer al delincuente pero no hasta el punto de que pueda irse de rositas mientras otros condenados se ven obligados por la fuerza de la Ley a cumplir sus penas sin beneficiarse de ninguna medida de gracia especial, así es que parece ser esta una cuestión que en un plazo razonable debiera entrar en los asuntos a revisar en profundidad por el Gobierno para que el indulto no pueda ser finalmente una flagrante injusticia...
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