La productividad parlamentaria parece que no es la exigible, en algunos casos concretos y según cierto medio de comunicación, y la que un día y otro también se nos critica desde instancias europeas y en referencia al rendimiento laboral de nuestro país ya que ciertos de los llamados padres de la Patria salvo apretar el botoncito a la hora de votar, siguiendo naturalmente las instrucciones que desde la secretaría de su grupo se les indican digitalmente; vamos con los dedos de una mano; no se caracterizan precisamente por su actividad creativa en defensa de los intereses de los electores que los han votado o de la provincia o Comunidad que representan...
Y si esto de la baja productividad es motivo razonado para sancionar a un trabajador, cuando de su actividad laboral se trata e incluso puede llevarle a un despido procedente, ante la Magistratura, no parece lógico que en el problema del mínimo esfuerzo de los Parlamentarios; de aquellos Diputados que de esa intolerable manera se comporten; todos miren a otro lado y no se les aplique con rigor una sanción que incluso les lleve a la pérdida del escaño que han obtenido no ya por méritos sino por formar parte de una lista partidaria.
Sin antes todas estas lacras de nuestro sistema político, ante el absentismo de muchos de nuestros representantes, ante su escasa y poco útil actividad parlamentaria o municipal, ante la utilización de medios o dineros públicos, ante arbitrariedades y aprovechamientos, que haylos los hay se les tratara como se trata a aquellos que no ostentan cargo alguno, otro gallo les cantaría y nuestra Democracia comenzaría a homologarse con otras a las que desde la distancia admiramos y que, precisamente ante deficiencias como la comentada, nos parecen tan inalcanzables y lejanas...
Así que háganse públicas estas conductas para reprobación de quienes las practican.
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