Esperemos que acierte.

De forma un tanto sui generis la Comunidad Autónoma andaluza cuenta desde hace unos cuantos días con un nuevo Presidente, en este caso Presidenta ya que es la primera vez que una mujer accede a tan alta responsabilidad, lo cual merece desde luego el aplauso de todos ya que su nombramiento - que no elección - permite que sea una señora quién asuma dicho cargo que hasta la fecha perteneció, en exclusiva, al género masculino y cuando tanto se habla de igualdad y del papel que a las mujeres les corresponde por derecho propio en nuestra sociedad, no está nada mal que la Junta tenga al frente de su Consejo de Gobierno a una de ellas...

Y por ahí, todos felices y confiando en que la gestión de la nueva Presidenta andaluza sea eficaz para el conjunto de los ciudadanos de nuestro territorio, en el que no son pocas aún las carencias, las desigualdades, los agobios y los problemas de todo tipo, a pesar de lo bien que han tratado de vender su gestión los cuatro Presidentes - todos hombres - que nos han gobernado desde la recuperación de la Democracia, todos ellos del mismo color político.

Ahora, por una elemental cortesía que debiera no perderse nunca, conceder a quién representa - o al menos, eso debe - a todos los andaluces ese habitual plazo de los cien días, para ver como Gobierna esta joven, antes de ponernos a analizar sus decisiones, sus actos de gobierno y los resultados de una gestión en la que tantos confían para que Andalucía salga del secular atraso con respecto a otras regiones de España. Si es así, habremos encontrado por fin y en una mujer, la solución a buena parte de los problemas. En caso contrario, las urnas nos permitirán - salvo pactos no confesados previamente - expresar nuestro rechazo.