miércoles, julio 04, 2012

Un lamentable ejemplo...

Justificada sin duda la euforia de los jugadores y demás miembros de la Selección Española de Fútbol, que en Ucrania acaba de proclamarse por segunda vez Campeona de Europa, tras haber obtenido este mismo título hace cuatro años y tan solo hace dos, nada mas y nada menos que el de Campeona del Mundo, logrando este espectacular triplete que hasta la fecha no había conseguido ningún otro equipo lo cual representa un logro histórico dentro del deporte y mas en concreto del balompié, como le llamaban antaño la gente...

Claro que dicha alegría, dicho entusiasmo, justificadísimo sin duda ha quedado empañado ante España entera, aunque ni la Federación, ni las autoridades deportivas, ni por supuesto la pomposa Comisión Nacional Anti Violencia  hayan querido saber nada, de la "papalina" - como aquí llamamos a las borracheras - de la que algunos jugadores dieron cumplida muestra durante el recorrido de celebración por las calles de Madrid del referido título el pasado lunes y especialmente durante el saludo a los miles de aficionados concentrados en la emblemática Plaza de la Cibeles y a través de la Televisión a todo el país, protagonizando un espectáculo auténticamente bochornoso que bien merece la reprobación y la repulsa.

Y es que estos jugadores y por supuesto los dirigentes de la Federación Española de Fútbol, directos responsables de la Selección y de sus componentes, no tuvieron el menor respeto por el hecho de que millones de españoles les estaban viendo y entre ellos centenares de miles de niños y jovenes, a los que con su incalificable conducta estaban incitando a "empinar el codo", mientras por otro lado la Comisión Nacional Anti Droga - que digo yo que para algo servirá - se gasta una pasta gansa en anuncios de televisión y radio aconsejando moderación en la bebida...

Esta es nuestra España. Y por mucho que ahora se quiera disculpar el asunto acudiendo a la euforia, la juventud de los futbolistas, el éxito sin precedentes y no se cuantas monsergas mas, lo cierto es que en la celebración del título de la Eurocopa sobró la "papa" que algunos no tuvieron el menor recato en mostrarnos desde el escenario instalado en pleno centro de Madrid. Un lamentable ejemplo que empaña, sin duda, tanta euforia y tanto alborozo.

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