jueves, julio 19, 2012

Deslealtad institucional.

Una cosa es el natural ejercicio de la oposición política , tan dura y radical como se quiera y otra, muy distinta, la deleal campaña contra el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy, que se está llevando a cabo desde numerosas Instituciones que a pesar de "predicar" con la boca pequeña su apoyo a la necesidad de que España supere la tremenda situación económico-financiera en la que se encuentra, a la hora de la verdad están llevando a cabo una sistemática campaña de desgaste del Gobierno, de sus medidas de ajuste o de recorte - como usted, amigo lector prefiera llamarlas -, cuya negativa repercusión en los Mercados nos tienen, un día si y el otro también, "con la soga al cuello"...

Lejos quedan aquellas semanas de los llamados Pactos de la Moncloa, en las que todos los Partidos Políticos, los Sindicatos y otras instancias del Estado aunaron esfuerzos para que nuestro país pudiera llevar a cabo una pacífica Transición que le permitió dejar atrás, sin violencia, la dictadura del General Franco y emprender el camino a la Democracia. Desde entonces, cada vez mas y en estos momentos de forma abiertamente agresiva, cada grupo político, cada central sindical, cada uno de nosotros podíamos decir, estamos a la greña, causando un daño inmenso al prestigo y la credibilidad de España ante nuestros socios europeos, ante el mundo entero, lo que se traduce en mayores dificultades y obstáculos para salir adelante.

Y no es que quién escribe esté de acuerdo con muchas de las medidas que el Gobierno está implantando y que, en mas ocasiones de las debidas, inciden negativamente sobre los mas humildes, ni que se alinee con las tésis de algunos ministros, que sin duda estarían mucho mejor con la boca cerrada y dedicándose a otros menesteres, pero o colaboramos todos y en primer lugar las Instituciones a sacar al país del atolladero en que se encuentra o muy mal futuro nos aguarda precisamente a todos, incluidas esas mismas intituciones que claman ahora contra todo lo que se hace, incluso contra el casco de los ciclistas, que ya por protestar, que no quede, ¿verdad?

¡País! que dijera el genial Forges...

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