miércoles, junio 01, 2011

El voto-purgante

Uno tiene la impresión, visto lo visto antes de la consulta electoral del pasado 22 de mayo, que no pocos electores, ante su deseo de castigar a unos y su justificada duda en apoyar a otros - y con ello me refiero y por ese orden, al PSOE y al PP - optaron finalmente por ejercer el que yo llamo voto-purgante, es decir, no acaba de gustarme lo que yo estoy eligiendo pero desde luego, mucho menos, estoy dispuesto a sostener a quienes han venido gobernando mi ciudad o mi autonomía hasta ahora...

Y con la excepción del País Vasco, donde la llamada izquierda abertzale se aprovechó de la incomprensible sentencia que ha abierto la puerta a la participación electoral de Bildu, en el resto de España muchos electores han hecho como hicimos nosotros en la niñez - cuando nos administraban un purgante para curar alguna enfermedad - y tapándose la nariz han depositado su papeleta en las urnas, no estando muy convencidos del respaldo que prestaban con ello a determinadas fuerzas políticas pero buscando un cambio no solo necesario sino inaplazable.
 
Por eso entiendo que el resultado de esta pasada consulta electoral encierra no pocos matices y que mal harán, por citar casos concretos, PP e Izquierda Unida si piensan que los votantes les han otorgado carta blanca ya que en cuanto a la derecha se refiere podría ser que los ciudadanos - muchos ciudadanos - se hubieran inclinado por lo opción menos mala y en el caso de IU por traspasarle parte del respaldo que los socialistas no han sabido mantener...
 
Ya digo, el voto-purgante.
 
Esperemos que finalmente la enfermedad se acabe curando.

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