Por las reiteradas manifestaciones de ciertos representantes de partidos nacionalistas de Cataluña, País Vasco, Galicia, Canarias y a veces Islas Baleares, parece como si la que llaman "la Constitución de todos" lo fuera solo de una parte de los españoles ya que los aludidos, además, parecen tener a menos llamarse españoles...
Por eso no es de extrañar que el día 6 de diciembre, aniversario de la Carta Magna, ni acudan siquiera a la celebración oficial y mucho menos que digan alguna palabra en favor del documento sobre el que se asienta la soberanía popular y se muestren solidarios con el resto de los españoles que, por lo visto, no son reconocidos por estos soberanistas - ¿es ese el calificativo adecuado o mejor llamarlos, sin eufemismos, separatistas? como compatriotas.
Y así, cada vez más, desde que para aunar voluntades, en la Transición se definiera el llamado Estado de las Autonomías sin salvaguardar precisamente para el Estado de todos una serie de principios, conceptos, responsabiliades, deberes y derechos que son contínuamente puestos en entredicho, cuando no ignorados deliberadamente e incluso rechazados frontalmente, lo cual atenta gravemente contra la propia Nación...
Así es que la mejor conmemoración de la Constitución tal vez sería la de abodar de una vez por todas y sin demora la modificación de aquellos artículos sobre los que se sustentan precisamente las apetencias de ciertos nacionalismos que además de rídiculos en un mundo globalizado como el que nos ha tocado vivir son sin duda el peligroso germen de un Estado fragmentado, insolidario y causa de la lógica crispación de la inmensa mayoría de los españoles.
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