viernes, mayo 28, 2010

Una generación electrónica.

Que duda cabe que con los avances de la electrónica, desde aquella vieja y entrañable radio que desgraciadamente se perdió para siempre a manos de las cadenas, pasando por la televisión en blanco y negro - aquella de los Tele Club a los que había que acudir para poderla ver -y continuando por el móvil, Internet, los satélites, el cable, la fibra optica, los ordenadores, y la alta definición, por citar tan solo algunos de los espectaculares avances logrados, hemos fabricado una generación que sin muchos de estos inventos posiblemente hoy día no sabría como vivir...
Y si no, que se lo digan a esa legión de personas, especialmente jovenes, que se pasan las horas enviando sms por el móvil, sentados delante del PC o de su portátil, bicheando en la red, obsesionándose con los video juegos y siendo los primeros en poseer cualquiera de los nuevos inventos - ya se trate de un nuevo terminal de teléfono móvil, de un ordenador de menos peso, más capacidad o pantalla de mejor resolución o de cualquier otra revolución - que les permita seguir estando a la última.
Ahora acaba de pasar, otra vez, con el lanzamiento del artefacto llamado iPad que fabricado por la firma Aplee ha sido presentado, con la inestimable ayuda de todos los medios de comunicación y generosamente por las televisiones públicas - ¿a cuento de que tanto interés? - al que han respondido fervorosamente miles de personas en todo el mundo cuyo objetivo prioritario no era otro que el de poder tocar, ver y desde luego adquirir esta tableta digital...de precio nada económico.
Y esta bien, desde luego, interesarse por las novedades tecnológicas que facilitan nuestra vida y nuestro trabajo, pero de eso a convertirlas casi en objeto de adoración, como nuevos fetiches, existe un abismo que nuestra sociedad, en su conjunto debería aceptar y asumir, al mismo tiempo que preocuparse de hacerselo ver a nuestros jovenes.

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