viernes, mayo 21, 2010

...todo es mohina.

Si algo faltaba para completar el cuadro, el Ministro de Fomento acaba de anunciar la paralización de una buen a parte de las inversiones públicas para las diversas infraestructuras, con lo que en la actual situación de profunda crísis económica que padecemos aparcados quedan proyectos, ilusiones, necesidades y desde luego promesas electorales - de unos y de otros - que deberán aguardar a mejor ocasión no ya para convertirse en realidad sino para que, al menos, se anuncien las consiguientes redacciones de proyectos, los reformados y, finalmente, la licitación...
Total, todo un dilatado aplazamiento que, en algunos casos, demorará el final de nuevas líneas de AVE, autopistas o autovías, puertos y aeropuertos, caminos y canales - empleando parte de la denominación del Colegio Oficial de Ingenieros del ramo - hasta bien avanzada la segunda mitad de la segunda década de este siglo. ¡Vamos, lo que se dice en el argot popular, un parón...!
Y es que, recurriendo a la sabiduría popular, bien sabido es que cuando no hay harina...todo es mohina y aquí, del blanco fruto de la molienda del trigo, poco por no decir nada, así es que a nadie extrañará que el ministro responsable de las grandes obras públicas del país haya tenido que ordenar no ya un tijeretazo - que ese ya lo había dado días antes su Jefe de filas - sino un auténtico stop aunque en algún caso haya querido suavizarlo diciendo sin decir, como en el célebre cuento de la buena pipa...
Así es que adios a mi tranvía, que aguardaba yo con regocijo en plena calle Honda de Jerez- por donde hay muchos afectados que no desean que pase -, adios al arreglo del cruce de Tres Caminos, entre San Fernando y Chiclana, que nos viene de antiguo y que seguiremos padeciendo, quien sabe si adios a la necesaria ampliación del Puerto de Algeciras, adios desde luego a la prolongación de la autovía desde Vejer a Algeciras, "si te he visto no me acuerdo", a las nuevas líneas del metro de Sevilla y una larga relación de obras proyectadas, anunciadas hasta la saciedad y no acometidas que por ahora - y no se sabe muy bien hasta cuando - deberán aguardar su turno.
Y es que, repito, cuando no hay harina...

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