La verdad sea dicha que con esta fiebre que nos ha entrado en España, especialmente a algunos políticos de reparar errores históricos, estamos cayendo, sin disimulo, en auténticos rídiculos que nos dejan bastante mal parados ante el resto del mundo que contempla, no sin asombro, las ocurrencias de este país que otro político del régimen anterior calificó de diferente y que por lo que se ve y escucha, ciertamente que lo es...
Tras diversas iniciativas cuya enumeración omitimos por pudor, ahora unos Diputados - tal vez los mismos que se ocuparon en su día de los Gorilas y su estres - pretenden una reparación para los descendientes de los Moriscos que, en 1609 - vamos, ayer - fueron expulsados de España que según los datos que sobre este hecho existen eran alrededor de trescientos mil.
Y nada, a proponer semejante ocurrencia que en nuestro país no existen otros problemas de mayor envergadura que este de justificarnos con los descendientes de los moriscos.
Después extraña que la percepción de los ciudadanos, en su conjunto, sobre la clase política no sea nada favorable; que cade vez se les valore menos y que el grado de confianza que nos merecen esté por los suelos.
Pero ellos, al menos algunos de los llamados "Padres de la Patria", obstinadamente empeñados en justificar, con su conducta y con sus brillantes ideas y propuestas, nuestra desconfianza creciente y hasta nuestro desprecio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario