Ya, en las manifestaciones celebradas previamente a esta jornada de paro generalizado, se había puesto de manifiesto la solidaridad de miles de gaditanos con los afectados por este cierre patronal, pero la jornada de hoy ha sido no solo la confirmación de dicho apoyo sino el grito de protesta clamoroso por el nuevo atentado al empleo en esta provincia que viene a sumarse a situaciones semejantes tales como la del cierre de Astilleros, Tabacalera o la expropiación del complejo empresarial de Rumasa, de muchas de cuyas empresas nunca más se supo ya que pasaron a manos de multinacionales o de especuladores que, posteriormente, o las desmantelaron o las revendieron al mejor postor, curiosamente nunca de estas latitudes...
Pero ante tanta generosidad popular, que se ha podido constatar en calles y plazas y en el cierre practicamente total de empresas y comercios en esta jornada del 18 de abril, cabría preguntarse si efectivamente servirá para algo o, simplemente, para dejar constancia de una irritación creciente ante quienes no han sabido defender los puestos de trabajo, ni velar por las generosas subvenciones que sirvieron para la compra de máquinas y teconología que - se dice - ya ni siquiera se encuentra en la factoría de Puerto Real o no han preparado un plan alternativo, con imaginación e iniciativa, para que se pudiera hacer frente a situaciones tan lamentables como la que miles de trabajadores y familias están viviendo en sus propias carnes.
Así que, sin duda gesto hermoso este de hoy, pero mucho nos tememos que inútil.
¿A quién se piden ahora responsabilidades?
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