Prometiendo todo cuanto se ocurre, tengamos la certeza de que se puede finalmente lograr o sepamos a ciencia cierta que lo que se anuncia ni por asomo tiene posibilidades de convertirse en realidad en un plazo prudencial. Inventando soluciones mágicas para problemas que nunca se resolvieron y que así seguirán en próximas citas electorales. Agrediendo a quien se ponga por delante, tan solo por el hecho de que se trate de un adversario político, con tan legítimas aspiraciones - cuando menos - como las nuestras...
Y así una vez y otra y cada vez con mayor enconamiento, ignorando el hastío de un electorado al que solo se tiene en cuenta para solicitarle su voto.
¿Y los programas de los partidos?
¿Y las ideas?
¿Es que acaso no merece el ciudadano la consideración de ser tratado como adulto y el respeto al que desde luego tiene derecho?
Estamos, otra vez, en pre-campaña electoral y desde el Parlamento Andaluz - donde el Presidente autonómico y la Portavoz del mayor partido de la Oposición se lanzan "mierda" en forma de graves acusaciones - hasta el más pequeño pueblo de Andalucía, los de uno y otro lado, con la anuencia y la participación de aquellos otros "mas pequeños" se dedican a prometer lo que saben que no pueden cumplir, insultar a los demás partidos políticos o contar medias verdades...
Esta es, por lo visto, la Democracia que nos merecemos por parte de quienes constituyen la "clase política" andaluza.
Pero de prohibición de pactos no anunciados previamente a las elecciones, limitación de mandato a ocho años, segundas vueltas electorales,no utilización de la publicidad institucional como arma propagandística, eliminación del "enchufismo", control de los Medios públicos por parte de la sociedad civil y otras cosas similares que regeneren esta situación, nada de nada, ¿verdad?
Para que, si así estamos bien, que dirán los que mandan...
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