Un sentencia acaba denegando a los afectados por el llamado síndrome de la Colza la percepción de indemnizaciones al estimar prescrito el asunto dado el tiempo transcurrido desde que el masivo envenenamiento acabara dañando, en 1981, a mas de veinte mil personas y aunque ocho años mas tarde se terminara condenando a los industriales responsables de la comercialización y distribución de este aceite desnaturalizado importado desde Francia así como el propio Estado español, como responsable subsidiario, un millar largo de personas perdieron la vida por este fraude criminal que conmocionó al mundo y que en nuestro país ha dejado una triste secuela que llega hasta nuestros días...
Sin duda alguna, la sentencia hecha pública hace tan solo unos días es por supuesto legal y los magistrados autores de este pronunciamiento han tenido que aplicar estrictamente lo dispuesto en las leyes vigentes de nuestro país, por lo que por este lado poco que objetar pero si uno contempla las secuelas que el maldito aceite, por falta del menor escrúpulo de quienes lo vendieron como si fuera comestible, ha dejado en centenares de afectados, no puede por menos que sentir la indignación que produce que un pronunciamiento legal resulte absolutamente injusto.
Ciertamente que en su día los afectados por la enfermedad de la Colza percibieron las compensaciones - nunca suficientes - que los jueces consideraron ajustadas a derecho en cada uno de sus casos, pero esta negativa de ahora ha venido a demostrar que no siempre lo legal es lo mas justo, añadiendo a este turbio asunto del fraude del aceite adulterado un motivo mas para el dolor de quienes perdieron a seres queridos hace ya mas de treinta años o contemplaron con horror las secuelas que había dejado en muchos de los afectados...
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