Nunca es aconsejable adoptar decisiones llevados por la presión del momento o de ciertos colectivos que, en beneficio propio, tratan de influir en las personas que ejercen cargos públicos para que finalmente se decanten, a la hora de promulgar una norma o cambiar las existentes, por medidas que contribuyan a darles, de una u otra forma, la razón a sus argumentos...
Y eso es lo que uno tiene la impresión que acaba de ocurrir en Jerez con el acuerdo adoptado por el actual equipo de gobierno, supongo que apoyado por quienes en su minoría le sustentan en el poder, con respecto al calendario de la próxima Feria del Caballo que, sin miramiento precisamente a todo lo concerniente al noble animal que le da sentido y razón, cuyas pruebas mas importantes se han concentrado siempre en los últimos días del festejo, tendrá lugar entre dos sábados para que, como parece que han solicitado los hosteleros, se suprima el segundo domingo por la falta de público y sobre todo - eso es lo que duele - del negocio suficiente como para mantener abiertas las Casetas. No por motivo de que la gente esté mas bien tiesa sino por ser domingo.
Es decir, que de la macro Feria de ocho días, que siempre he tenido por excesiva, de esa feria jerezana que para cubrir dignamente la totalidad de su calendario tuvo que inventarse el día de las mujeres, el destinado a salir con los compañeros de trabajo, el de la rebaja del precio de los cacharritos o el de los almuerzos de colectivos varios, pasaremos a otra con idéntica duración pero sustituyendo el último domingo por el sábado previo al domingo en que en los últimos años ha comenzado, que como se ve es una modificación poco lógica por llegarse finalmente a lo mismo...
Ya digo, nada bueno resulta de precipitarse en la toma de decisiones y en este caso el acuerdo adoptado lo evidencia bien a las claras...
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